sábado, 12 de abril de 2014

SEMANA SANTA



Meditemos la pasión del Señor y nuestro corazón, si no es de piedra, se conmoverá Jesús sufrió por cada uno de nosotros, como si existiera nadie más. Quien reflexiona sobre el hecho de que Jesús fue sacrificado por nuestros delitos, debe arrepentirse y reparar con la penitencia sus propias culpas.                                                                 (Beato José Allamano)