sábado, 24 de mayo de 2014

MISIONEROS DE LA CONSOLATA,  CELEBRAN EL DÍA DE LA AFROCOLOMBIANIDAD


La parroquia de Cristo Maestro y el barrio La Unión de Vivienda Popular (Cali –Valle), tuvieron la dicha de celebrar la fiesta tan grande del pueblo afrocolombiano a nivel arquidiocesano, es decir, el día de la afrocolombianidad. Es una fiesta no porque el pueblo afro saca panderos, guasas, maracas, tambores, marimbas y cununos para festejar, sino, es un festejo por lo que significa el 21 de mayo en la historia colombiana.
Pues, el 21 de dicho mes se conmemora la abolición legal de la esclavitud en Colombia que se dio por primera vez en el año 1851 bajo el mandato del presidente José Hilario López. Es importante recordar que el intento de la abolición de la esclavitud en Colombia fue un proceso. Se inició en 1812 con la constitución de Cartagena que prohibió el comercio y la trata de los esclavos, proyecto que se frustró debido a la reconquista de los españoles. En 1814 bajo el mandato de Juan del Corral, se dio la libertad a los hijos de los esclavos nacidos en Antioquia. En 1821 se decretó la ley de la libertad del vientre.  Y el 21 de mayo de 1851 llegó la ocasión culminante cuando el presidente José Hilario López firmó la abolición de la esclavitud en Colombia. Debido a esta historia, es importante la celebración de la abolición de la esclavitud para el pueblo afrocolombiano porque por medio de ella, se celebra la prevalencia del bien sobre el mal, la justicia sobre la injusticia y criminalidad,  el Reino de Dios sobre el reino de tinieblas. 


Por ese motivo, se hizo la celebración arquidiocesana de Cali en la parroquia Cristo Maestro.  La Eucaristia fue presidida por el Arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, acompañado por el arzobispo emérito, monseñor Juan Francisco Sarasti Jaramillo, junto con varios sacerdotes y diáconos. Esta celebración vio la presencia del padre Angelo Casadei, superior regional de los misioneros de la Consolata en Colombia y Ecuador, y la hermana Ayda Orobio, superiora general de las hermanas Lauritas. En su homilía, el señor Arzobispo no se tuvo en condenar la esclavitud que se impuso a los afrodescendientes, un mal que desfiguró  el ser creado de la raza humana en la imagen y semejanza de Dios: “La abolición de la esclavitud, mal nefasto que se impuso a los descendientes de los africanos, fue una muestra de que el mal no podía prevalecer sobre el anhelo de ser libres y dignos, esa dignidad traída por Jesucristo para todos los hombres y mujeres” dijo el Arzobispo, quien a su vez invitó a todos a luchar en contra de las esclavitudes emergentes que siguen acechando al ser humano hoy.
Es preciso recordar que, en 2001 cuando se cumplieron los 150 años de la abolición legal de la esclavitud en Colombia, el Congreso de la Republica por medio de la ley 725 decretó el 21 de mayo de cada año como un día de la afrocolombianidad.  Para ello, esta fecha no puede pasar desapercibida para el pueblo afrocolombiano. Es un día para celebrar, recordar, reflexionar y proyectar el camino que éste ha recorrido más de 500 años aquí en Colombia. Para la generación presente, es un espacio para aprender de los ancestros y ancestras quienes a lo largo de la historia han luchado a brazo partido para que el pueblo negro en Colombia tuviera libertad.


De igual manera, la celebración del día de la afrocolombianidad cada vez más abre espacio para pensar en los temas de igualdad y reconocimiento cultural en el país. Esto está en sintonía con la Constitución de 1991 que afirma categóricamente que Colombia es un país pluriétnica y multicultural. En esta heterogeneidad, el pueblo afro juega un papel enorme. En este sentido, el día de la afrocolombianidad sirve como telón de fondo para fomentar el respeto de la diferencia, tolerancia y unidad a nivel nacional. Igualmente, dicho día sirve de ocasión para concientizar a los demás acerca de la necesidad de rechazar el racismo y la discriminación que aquejan a los  afrocolombianos a fin de que se pueda crear un ambiente que abrace la inclusión para todos y todas.
Esta conmemoración del día de la afrocolombianidad engloba también a la Iglesia ya que en muchos espacios eclesiales el afro siempre está. En esta conmemoración la Iglesia se compromete más a seguir apostando por la causa afro  para que a través de la luz del Evangelio el pueblo afrocolombiano sea dignificado. Por eso, hay que apostar por una pastoral especializada que permita responder de forma contundente a los desafíos del pueblo negro sin descuidar su cosmovisión e idiosincrasia.

                                                                                                                  Ssimbwa Lawrence
Misionero de la Consolata